Tod@s le tememos al coronavirus.
Para salir tuve que pedir un permiso especial. Con eso, alcohol gel y mascarilla me fui al paradero que está en la esquina. Pude alcanzar la micro que apenas venía con 2 personas. Como no había tanto tráfico, llegué en media hora a mi destino.
Hice mi trabajo y antes de devolverme una pequeña boliviana de un año me mostró su mascarilla de Minnie. Me agaché para conversarle intentando mantener los dos metros de distancia que se aconsejan para evitar contagio de Covid-19
¿Cómo pudo esta bebé pasar tanto frío en la calle?. Ahora se va a un albergue para pronto poder viajar. Me despido también de un hombre joven que es de Santa Cruz de la Sierra y está extrañando mucho a su madre. Noto que hay mucho cansancio en 800 personas migrantes.
¿Por qué estamos en un mundo donde aún hay que restituir la dignidad?
Al regreso paso por el mall más grande de Latinoamérica, el Costanera Center. A las 18 horas ya está cerrado. Para mí es una constatación de la existencia de la pandemia: será que algo se está transformando?
Retomo mi rumbo. En la puerta de la casa me esperan con cloro y una toalla para ir directo a la ducha.
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