La vida jamás ha sido tan plena como hasta ahora que creces en este vientre abultado que llevo orgullosa y contenta.
Sonrío, pese al calor infernal de Santiago
Sonrío, pese a las horas de sueño entrecortado que, al menos, entre penumbras me dejan imaginarte bebiendo sobre mis senos ya oscurecidos.
Sonrío, bebé, ante lo desconocido.
Sonrío niña de mi vida.
Y sé, también, que tú sonríes dentro mío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comenta